Introducción.
En esta actividad describo los ejercicios de dibujo que he realizado para experimentar el dibujo expandido.
3.2. Hacer/dibujar
En los siguientes ejercicios presento una serie de propuestas de temática y resolución final libres con la intención de expandir el dibujo más allá de sus límites.
Tras esto, presento mi proyecto artístico, partiendo de las posibilidades transformadoras del dibujo.
3.2.1. Ejercicios de dibujo expandido
Afronté estos ejercicios con la misma intención de inicio de curso, explorar con diferentes materiales y técnicas el dibujo expandido. Siendo consciente que la propuesta final de esta actividad es la entrega de un proyecto final, aproveché todos los ejercicios para ver si algunas de mis obras podrían guiarme o ser la punta del iceberg de un proyecto más ambicioso.
Las tres propuestas creativas me han parecido muy retadoras, a la par que divertidas y motivadoras.
Partiendo de la naturaleza experimental de estos ejercicios conviene señalar que los resultados obtenidos son pruebas, aunque en algunos casos podrían verse como obra acabada.
A continuación, explico los ejercicios realizados en cada apartado.
● Cambia el soporte del dibujo.
Experimento 1. Retrato de Manolo Santana.
Para comenzar a experimentar el dibujo expandido decidí dibujar con objetos. Para ello utilicé un papel Canson de 200 gramos, acuarelas, agua, y los siguientes objetos: un imán redondo, palillos de dientes, gomas elásticas, papel de post-it y algodones.
La idea de este ejercicio era realizar diferentes manchas de acuarela, distribuir objetos sobre estos charcos de color y dejarlas un tiempo para que generaran de forma descontrolada distintas texturas y formas aleatorias. A partir de ese resultado, realicé un retrato del tenista Manolo Santana de joven, utilizando las manchas y formas generadas y trabajando sobre ellas como punto de partida hasta poder acercarme a la fotografía usada de referencia.
A continuación, comparto fotografías del proceso creativo explicado:
Paso 1. Elección de imagen de referencia. Manolo Santana de joven. Escojo esta foto como referencia, sobre ella, decido encajar la imagen centrándome sólo en su rostro, encajándolo sobre el papel en formato vertical y tamaño A4. Escojo una fotografía en blanco y negro para así, dejarme llevar por el uso del color, el contorno y las formas, siendo así más fácil mezclar colores que a priori parecerían inverosímiles en una foto en blanco y negro.
Paso 2. Charcos de color realizado con acuarelas. Escojo colores primarios, con la intención de que la paleta cromática sea vibrante y que de su mezcla surjan colores secundarios.
Paso 3. Objetos sobre los charcos de color. Coloco diferentes objetos sobre los charcos de color, jugando con ellos y dibujando también, buscando contornos y formas existentes en la referencia, pero de una forma rápida y dejando que los objetos puedan generar formas inexistentes en la referencia.
Paso 3. Retiro los objetos. Antes de secarse del todo la acuarela, decido retirar los objetos, descubriendo las texturas y formas generadas en el papel.
Paso 4. Dibujo sobre las manchas. Utilizando las manchas de color, procedo a dibujar la referencia, aprovechando las formas y colores de la base. Para ello escojo un tono más oscuro que me permita resaltar líneas, contornos, siluetas y zonas más os curas de la imagen. Decido no realizar nuevas manchas de color ni volver a utilizar los colores primarios, para forzarme a conseguir la imagen final en base al color ya empleado, consiguiendo así “sacar” el retrato sólo con el dibujo a pincel con un único color.
Paso 5. Obra final. Sigo detallando el rostro y rasgos del tenista dejando que haya manchas de color fuera del contorno, generando una obra expresiva y dinámica.
Las ventajas de este ejercicio son la creación de nuevos caminos que explorar, la expresividad obtenida, así como lo colorido que puede quedar la imagen final debido a la mezcla de colores y texturas generadas. Si no se tiene una referencia clara, ni se sabe por dónde empezar, es una técnica ideal para que se generen manchas y formas aleatorias y dejar volar la imaginación buscando formas y dibujar desde la imaginación o el dibujo de retentiva.
Las desventajas, pueden ser las mismas que las ventajas, me explico, se pierde control de todos los trazos, del resultado final, así como del sentido en algunas manchas de color en unas u otras zonas.
Conclusión, ejercicio muy recomendado como punto de partida que fuerce la creatividad. Me he sentido muy cómodo con ella y creo que se pueden generar resultados coloristas y obras muy interesantes.
Experimento 2. Retrato de Leonardo Da Vinci.
Como segundo experimento realicé un retrato de Leonardo Da Vinci, utilizando la icónica imagen del autorretrato atribuido al artista como referencia.
Para ello decidí utilizar café como pigmento, y una cucharilla en lugar de un pincel. Así, utilicé dos cucharadas de café como pigmento y agua caliente como aglutinante, creando así un tinte marrón oscuro con tonalidades muy semejantes a las de la obra referente.
Decidí emplear la cucharilla a modo de pincel, para mostrar que, en cualquier lugar, como en una cafetería, podemos encontrar pigmentos y “pinceles”, rompiendo con la idea de que si no tenemos materiales costosos o un gran estudio no podemos dibujar. Hace más el que quiere que el que puede.
Como soporte utilicé el mismo tipo de papel Canson A4 de 200 gramos.
A continuación explico el proceso paso a paso de este segundo experimento de la actividad.
Paso 1. Referencia autorretrato de Leonardo Da Vinci. Siempre me ha encantado esta imagen, así que no pude resistirme a dibujarla a mi estilo.
Paso 2. Encajando la imagen. En este primer paso encajé rápidamente la imagen empleando el dibujo gestual y de manera muy rápida y sin titubeos.
Paso 2. Contorno y barba. En este paso, terminé de delimitar la silueta de la imagen, y comencé a esbozar la barba.
Paso 3. Manchas de café. Una vez tenía la imagen encajada y la barba delimitada, empleé charcos para dejar manchas de color en las zonas deseadas, depositando café en zonas clave como las cejas, los ojos y los labios. También tirando líneas finas generando sutiles tramas en diferentes zonas.
Paso 4. Secado de la obra. Dejé secar la obra durante al menos una hora, puesto que había charcos bastante amplios que el papel no terminó de absorber rápidamente. Tras el secado, como se puede ver en la foto de detalle, se puede ver cómo se superponen las manchas generadas con los charcos con las líneas finas generadas con la punta de la cuchara, generando así la textura deseada en zonas como la barba.
Paso 5. Obra final. Esta es mi versión final del autorretrato de Leonardo Da Vinci.
Del café como medio decir que no me resultó muy difícil de manejar, aunque al estar diluido con agua, es cierto que muchas veces se generaban manchas muy difíciles de controlar, teniendo un secado bastante lento.
La cucharilla, a pesar de lo que podría pensarse inicialmente, resultó ser una herramienta muy versátil de dibujo, ya que me permitió realizar charcos trasportando cantidades mayores o menores de café, extender el dibujo empleando la base de la cuchara horizontalmente y hasta realizar tramas y líneas muy precisas posicionando la cuchara verticalmente al papel como si de un pincel se tratara.
Como conclusión decir que este experimento fue muy divertido, me sentí muy cómodo haciéndolo y lo dibujé en apenas 10 minutos, de una forma muy libre y gestual. Quizás a la próxima emplee leche en lugar de agua por ver si es mejor aglutinante y espesa un poco más que el agua, permitiendo controlar un poco más el trazo.
Experimento 3. El tarro anatómico.
Para el tercer experimento, utilicé un tarro de cristal, con la idea de dibujar en la superficie del mismo con rotuladores acrílicos.
La idea fue dibujar en la parte del tarro más alejado de nuestra vista un cráneo, y en la parte frontal más próxima al espectador, los músculos de la cabeza. Así, dibujaría en la misma superficie, pero utilizando el punto de vista del perceptor de la imagen para generar dos imágenes que se superpusieran, generando así una única imagen vista desde frente. Así trabajaría de forma muy similar a cuando dibujo digitalmente en programas de ilustración como Procreate o Photoshop, con dos capas superpuestas la una sobre la otra.
A continuación, muestro los pasos realizados para este experimento:
Paso 1. Seleccionar los referentes. Escogí dos imágenes, la primera de ellas un cráneo en una posición concreta generada con el programa Art Anatomy en mi Ipad. La segunda, la seleccioné en internet de la web www.tucuerpohumano.com. Decir que mi intención era dibujar esquemáticamente la estructura del cráneo y de los grupos musculares, sin la intención de buscar el realismo, sino más bien el simbolismo y formas esquemáticas de ambas estructuras.
Paso 2. Dibujo del cráneo. En esta primera “capa” dibujé el cráneo, puesto que encima de él debería de verse la siguiente capa de los músculos. Para ello utilizo un rotulador color beige, más cercano al tono real de los huesos que el blanco puro.
Paso 3. Dibujo de los músculos. Para dibujar los músculos empleé un tono marrón oscuro pues al hacer diferentes pruebas de color, tenía más armonía con el beige del cráneo e iban a casar mejor ambos colores. Aquí pude comprobar cómo encajarían ambas imágenes al ser vistas frontalmente. Decir que, para generar este efecto, tuve que reducir las proporciones de la imagen de los músculos, si no, al estar en primer plano, quedarían más grandes y no encajarían ambas imágenes.
Paso 4. Dibujo de fondo negro sobre el cráneo. Para poder apreciarse ambas imágenes generé una tercera “capa” de color negro, para que resaltara el tono beige del cráneo y se apreciara con mayor claridad la imagen final, eliminando así bastantes brillos del tarro. Para ello puse dos densas capas negra sobre el dibujo del cráneo. En esta ocasión usé pintura acrílica y pincel, solventando así el problema de que se borrara lo ya dibujado.
Paso 5. Obra final. Aquí se puede apreciar la obra final. Indicar que tras varias pruebas la mejor manera de contemplar ambas imágenes simultáneamente era quitando la tapa del tarro y poniendo luz desde un flexo justo encima del mismo de forma totalmente vertical. Es interesante señalar que, observando el tarro desde diferentes puntos de vista, y aplicando luz desde distintos puntos con o sin tapa, se generan multitud de imágenes interesantes, aunque para este experimento no profundicé más allá de conseguir que las dos imágenes se apreciaran correctamente a la vez. Quizás desarrolle mi proyecto en base a dibujar con la luz esta obra y ver cómo desde un mismo objeto se pueden generar multitud de imágenes diferentes dibujando con la posición del punto de luz y las luces y sombras generadas.
Decir de este experimento que, el dibujo sobre cristal es bastante complicado. Inicialmente creí que con rotuladores acrílicos lo tendría solucionado, pero al ser una superficie tan pulida, tenía que cargar con bastante pintura la punta del rotulador, con eso, solventé la dificultad.
Otra cuestión que también complicó la ejecución del ejercicio fue que, cuando volvía a dibujar sobre una superficie ya dibujada, se rayaba lo dibujado anteriormente, eliminándose partes del dibujo anterior, esto hizo que para crear tramas tuviera que cargar al máximo la punta del rotulador, dibujando con mucho cuidado, suavidad y superficialidad, para no perder lo previo.
Como ventaja decir que, al ser un tarro de cristal, se puede jugar con las transparencias, reflejos, curvaturas etcétera, lo que provoca que el dibujo, en cierta forma, cobre vida propia.
● Expandir la superficie de un dibujo.
En esta ocasión, en lugar de emplear diferentes técnicas, me decidí a profundizar con un mismo experimento, dibujar con una tiza sobre losas de la pared de mi casa.
Siempre me ha gustado ver los azulejos del suelo, las vetas de las paredes, de los árboles etcétera, unas veces para buscar formas y otras, encontrándolas sin buscarlas. A este fenómeno psicológico llamado pareidolia, se llega a través de un estímulo vago y aleatorio, como cuando de pequeños buscamos dibujos y formas en las nubes.
Estos son los experimentos realizados:
Experimento 1. Hombre lobo.
Paso 1. Esta es una de las paredes donde vi una figura, una especie de bestia medio humana de perfil.
Paso 2. Con una tiza blanca comencé a esbozar la cabeza de la criatura.
Paso 3. Luego continué por dibujar la espalda y el brazo.
Paso 4. Imagen final. Tras encajar la imagen, fui realizando detalles, musculatura, texturas, pelo, garras etcétera, hasta estar conforme con la obra final. Como curiosidad fue interesante ver cómo el avance del sol y la proyección de la sombra en la pared, hacía que la obra interactuara de alguna forma con el entorno, como si no le gustara recibir la luz del sol directa, de ahí su expresión de enfurecimiento.
Experimento 2. Criatura marina.
Paso 1. En esta ocasión, lo que vi observando una de las losas junto a un soporte anclado en la pared fue una criatura marina.
Paso 2. Cabeza y patas. Comencé dibujando la cabeza y las patas de esta criatura usando las formas del azulejo y el soporte metálico.
Paso 3. Atmósfera. Una vez dibujada la criatura, le dibujé burbujas alrededor de diferentes tamaños para simular diferentes planos. También aproveché la beta marrón de la losa para simular el suelo o una especie de cueva marina.
Paso 4. Obra final en contexto. Me gustó la idea de conectar dos mundos, el marino, y el que hay por encima de la encimera blanca, que lleva directamente al exterior, al aire, a las nubes. En la obra final marqué más la línea de debajo de las patas, marqué ciertos brillos en las burbujas de aire y con puntillismo dibujé burbujas lejanas.
Experimento 3. Estación de esquí.
Paso 1. Siguiendo el recorrido por mis azulejos me topé con una estación de esquí en esta imagen:
Paso 2. Telesilla y nieve. En este paso dibujé el telesilla y la nieve de las montañas, aprovechando las vetas de la losa.
Paso 3. Difuminado de nieve. A continuación, decidí difuminar con el dedo las montañas, generando así un efecto más realista de la nieve.
Paso 4. Obra final en contexto. Concluí el experimento añadiendo nieve en diferentes planos, buscando el efecto de movimiento y profundidad a la imagen. También utilice el poste del suelo para integrarlo en la obra en un primer plano.
Como conclusión decir que fue muy estimulante emplear el dibujo de memoria y la imaginación, explorando mi casa hasta encontrar imágenes interesantes.
También decidí usar esta obra por la facilidad en su borrado simplemente con un paño húmedo.
● Interactúa con el dibujo.
En este ejercicio trabajé por un lado el dibujo sobre mi cuerpo con dos experimentos y por otro el dibujo con mi cuerpo mediante otros dos experimentos de sombras.
Experimento 1. Huesos de la mano.
Paso 1. Referencia. Como me interesa mejorar mis conocimientos de anatomía, quise en este ejercicio usar mi propia mano para intentar situar lo más fielmente posible dónde estarían los huesos de mi mano. Para ello usé como referencia la siguiente imagen del programa Art Anatomy.
Paso 2. Primeros huesos. Comencé a dibujar los primeros huesos empleando pintura acrílica blanca y pincel, pues me interesaba en esta ocasión que resaltara mucho el color de los huesos. Me resultó muy interesante ir moviendo los dedos y la muñeca, palpándomelos para así comprender el movimiento y exactamente comprobar que estaba dibujando las falanges en su sitio proporcionándolo a mi mano.
Paso 3. Conectando falange con la muñeca. A continuación, dibujé la muñeca, siendo bastante complejo adivinar dónde deberían de ir los huesos para encajarlos correctamente. También comencé a unir la muñeca con las falanges.
Paso 4. Obra final. Tras muchas cosquillas iniciales, conseguí acabar el ejercicio.
Experimento 2. Venas de la mano.
Paso 1. Referencia. Como segundo ejercicio decidí dibujar en el reverso de la misma mano, las venas que la recorren. Conociendo así por donde transitan y cómo irrigan nuestro cuerpo. Me interesó realizar las venas por que es un dibujo más libre, y del que no tenemos apenas referencias visuales directas ni imágenes preconcebidas, lo que quizás me ayudó a trazarlas de forma más fidedigna sin dejarme llevar por estructuras preconcebidas. Esta es la referencia de la web https://www.orto-manoymicro.com/post/heridas-en-las-manos girada para facilitarme su dibujo con mi postura corporal apoyando la mano sobre la mesa:
Paso 2. Primeras venas. A diferencia que el dibujo de los huesos, en este caso tuve que encajar las venas siguiendo el esquema, pues no se me marcan en mi caso las venas en la piel. Decir que en este caso utilicé pintura acrílica de nuevo y que el dibujo fue mucho más sencillo, rápido y fluido.
Paso 3. Mano en distinta postura para apreciar venas. Para poder apreciar el trabajo, realicé diferentes posturas con la mano para ver cómo estaba funcionando el trabajo.
Paso 4. Trabajo final. En esta imagen muestro la obra final, haciendo una comparativa con la plantilla utilizada de fondo.
Como conclusión decir de estos dos primeros experimentos que fue muy grato realizarlos y que la pintura acrílica agarra bastante fácil a la piel.
Como dificultad principal fue dibujar en las zonas de la mano donde existe el vello, pero por lo demás, lo considero un ejercicio muy bueno para experimentar el body painting así como para conocer en mi propio cuerpo cuál es la anatomía del ser humano.
Experimento 3 y 4. Dibujos con sombras corporales. Para realizar los dos siguientes experimentos, realicé muchas pruebas fotografiando mi sombra con la luz del sol, e intentando jugar con diferentes elementos que tenía alrededor, como estructuras de marcos o una silla plegable. A continuación, muestro las fotografías más interesantes, considerándolas todas obras finales pues todas son, de una u otra manera, interesantes bajo mi punto de vista.
Fotografía 1. En esta fotografía me interesó jugar con el alargamiento de la sombra, así como su proyección en los diferentes planos del suelo y pared. También me interesó jugar con las sombras de la cristalera, sirviendo esta de marco para encuadrar mi silueta. Me interesó también reflejar los diferentes ángulos de las líneas formadas por la cristalera en todo el espacio, así como la perspectiva conseguida en mi figura.
Fotografía 2. En esta fotografía quise interactuar con menos sombras, simulando que me apoyaba con una pierna en la sombra de la izquierda y que me estaba agarrando a la sombra de arriba descolgándome… cosa que no es real, sino que era una pose que mantuve en el aire sin contactar en ningún momento.
Fotografía 3. En esta fotografía quise hacer una imagen más plana, proyectando mi sobra en el suelo y poniendo los pies en un lugar aparentemente inverosímil, dando la sensación de que mis pies son mis manos, o que la figura tiene manos con forma de pies.
Fotografía 4. En esta imagen quise ver hasta dónde podría llegar mi pie y mi mano, de manera que la imagen resultante pareciera miembros de dos personas distintas. Me interesó ver el diálogo entre mano y pie, como si fueran dos títeres de en un cuentacuentos callejero.
Fotografía 5. En esta última fotografía quise seguir jugando con mi silueta, intentando mostrar otra perspectiva de mi cuerpo, y mostrando que, con poco, nuestros cuerpos pueden generar dibujos muy interesantes en el suelo.
De estos ejercicios con mi propia sombra decir que me pareció muy interesante jugar con los elementos de mi alrededor, pensando en mi cuerpo como si de un pincel se tratara, o más bien, de un maniquí, que dibuja en el suelo posturas más o menos verosímiles con respecto a la realidad.
En conjunto, las tres actividades me han parecido muy divertidas e interesantes, permitiéndome seguir enriqueciendo mi lenguaje artístico, poniendo aprueba los límites del dibujo.
Ahora toca seguir pensando en mi proyecto final.
¡Espero vuestros comentarios!